viernes, 11 de mayo de 2012

Novísimo libro de Mons. Brunero Gherardini

Quédate ahora, lector, sobre tu banco,
meditando en aquello que sugiero,
si quieres disfrutar y no cansarte.



Monseñor Brunero Gherardini ha retomado el tema de la discusión sobre el Vaticano II en una nueva obra.

Il Vaticano II. Alle radici d'un equivoco
El Vaticano II. En las raices de un malentendido.


La nueva obra de 412 páginas está editada en Lindau y pueden verla en la página de la editorial donde además se ofrece a descarga en documento PDF el prólogo de la misma.

Puesto que no hay más sordo que el que no quiere oir, mis adversarios han continuado pintándome lanza en ristre contra el Vaticano II para dar peso a su opinión. Últimamente, no se contienen incluso ante la calumnia y la difamación.

Todo tiene un límite que es el de la verdad y la decencia, en el supuesto de que para alguien sea un lujo el límite de la caridad. Y es sobre la base de la verdad y la decencia, nunca dejando de lado las cuestiones de método y contenido, como ha nacido esta publicación.

Como entendemos a Gherardini todos los que a un nivel distinto hemos pasado por lo mismo y por adversarios tan rastreros como para llegar a la calumnia y a la difamación. Si el mundo de la ciencia teológica es así, no nos extrañemos de que ocurra a mayor nivel en el mundo de la difusión internera. Aquí cabe en todos los sentidos la frase de la Escritura: sufficit discipulo ut sit sicut magister eius... (Mt 10, 25). Ahora en teología todos los que hemos defendido la posibilidad de una discusión sobre ciertos aspectos del Concilio Vaticano II ahora somos todos sodalicios, si no discípulos, de un maestro como Gherardini que sale a nuestra defensa.

En verdad es un hecho que el Vaticano II no se reconozca en esta [La Tradición de veinte siglos antes del Concilio] plena y pacíficamente, ni esta se pueda armonizar con el diapasón del Concilio Vaticano II. Son dos partituras* no sintonizables recíprocamente sobre la "dominante", lo que no es debido a alguna nota marginal, sino a que una es intrínsecamente diferente de la otra e incluso a veces opuesta.

Yo no tendría ninguna dificultad para detectar, un documento tras otro, todas las "alteridades", y en particular aquellas antitéticas, de las partituras. La lista incluiría documentos completos, tales como GS [Gaudium et spes], DH [Dignitatis humanae], UR [Unitatis redintegratio] y Nae [Nostra aetate], junto a los puntos o doctrinas peculiares: por ejmplo la Encarnación del Verbo en todo hombre; el "subsistit in"; la colegialidad de los obispos no bajo el perfil del "episcoporum corpus " sino del órgano de gobierno de la Iglesia universal; la comunión incompleta; la Iglesia de Cristo como la suma de iglesias y comuniones eclesiales. No es este el punto. O no es aquel al que está dedicada esta publicación. Aunque el desarrollo de mi argumento no puede evitar por completo referirse a tal o cual particular, "alteridad" conciliar cuando se enfrenta a la ininterrumpida Tradición de la Iglesia, la razón por la que escribo no se identifica con la lista de las mencionadas "alteridades", sino con la intención de demostrar la falta de fundamento de las objeciones formuladas, contra mi o contra cualquier persona que piensa como yo, y de la idea de fondo de la que dependen estas afirmaciones. Ya en el título que he llamado "malentendido" a esta idea. Procedo a demostrarlo.

¡Cuantos tendrán que meditar y recapacitar de todo lo que han dicho sin atender a la sana disputa de la teología católica cimentada sobre bases perennes de ciencia y verdad y no sobre la mera propaganda! No creo que haga falta dar nombres, los reconocerán en los que ignorarán, precisamente por cuestiones de propaganda y no de ciencia, esta nueva obra de Gherardini.



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(*) Gherardini hace uso en este texto de una elegante y culta imagen tomada de la teoría musical donde hablará del Concilio y la Tradición como dos partituras musicales que han de sonar en armonía. Dominante y alteraciones son elementos de dicha teoría. La dominante es una de las funciones armónicas dentro de cada escala de notas y nos permite entender la la forma en que los acordes musicales (varios sonidos dados al mismo tiempo) se relacionan entre si. Las alteraciones son signos en la partitura que modifican la altura o entonación de los sonidos. En música se habla de alteridad musical, pero creo mejor a la imagen el traducir como alteraciones la palabra "alterità". La alteridad musical es el cambio de normas y usos en la misma teoría de la música que hacen otra la misma música y por tanto inarmonizable según la teoría tradicional. Por ejemplo, en el caso de uso de escalas de distintos intervalos en la música indú.

Actualización: como expreso en el comentario, repienso la imagen y traduzco alterità por alteridad.


M.D.

2 comentarios:

Miles Dei dijo...

Precisando la imagen musical, entiendo que lo que quiere dar a entender Gherardini es la existencia de una alteridad en cuanto se ha cambiado la teoría magisterial más que modificaciones en determinadas notas. Por eso creo que alteridad y alteridades es una buena traducción entendida con ese sentido.

Esto podría corresponder por ejemplo al asumir en la enseñanza el uso de una filosofía incompatible con la filosofía perenne usada siempre en los documentos magisteriales. El mismo hecho del giro antropológico de la teología es otra clave de la alteridad, etc.

Anónimo dijo...

Gracias, Miles, por la traducción de estos párrafos.

Dios lo bendiga.